LA HISTORIA DE LA JOVEN QUE SE DESPISTÓ

Y SE LE HIZO TARDE UNA NOCHE DE TOQUE DE QUEDA

Le dolía la garganta de tanto gritar “Libertad”. Había sido una tarde de puta madre. Primero habían hecho una barricada con vallas y papeleras y la habían prendido fuego. Luego, habían puesto a parir al Gobierno central y al autonómico. “Libertad, libertad” ¡Qué guay! Habían tirado adoquines contra las furgonetas de la policía y, por fin, también habían apedreado el ayuntamiento. No había libertad. Estaban contra el “Coronatimo”. Cuando se cansaron, se fueron a tomar unas cervezas al parque. Ahí es donde se dio cuenta de que se le había ido la olla y era ya hora del toque de queda. Caminó en dirección a su barrio, atravesando las calles desoladas. Al doblar una esquina, sin embargo, apareció un coche de la policía municipal. Se quedó paralizada. “¿Adónde vas?” le dijeron. “Estáis buenos, los jóvenes… anda, sube, que te llevamos a casa.”

Volver